En la región se ha deforestado más del 70 por ciento del territorio boscoso. En la Sierra de Perijá alcanza la zona de protección especial y el Parque Nacional, aumentando el calentamiento global y generando sequías en los ríos y embalses del Zulia.
No hay que satanizar la Malanga, aseguró Nicanor Cifuentes Gil, docente de Gestión Ambiental de la Universidad Bolivariana de Venezuela sede Zulia, quien dice que hay que entender que “el cultivo de este rubro a escala industrial ha traído graves consecuencias; deforestación, sequía e inestabilidad climática. Sobre todo ahora que estamos atravesando un periodo de sequía de los más graves en los últimos 70 años”.
La propuesta del Gobierno Bolivariano enmarcada en el quinto objetivo del Plan de la Patria, que es preservar la vida humana y el planeta, en diálogo con los campesinos que vienen huyendo de una espiral de violencia por el conflicto armado que vive Colombia, es cambiar el cultivo de la Malanga por rubros agrícolas agroecológicos como el café, el cacao y con la Misión Árbol reforestar esas cuencas.
El ambientalista Cifuentes dice que “hay que visibilizar este problema donde existen transnacionales de las papas fritas que tienen sus manos metidas en esto, y que de ninguna manera han asumido una responsabilidad social. Hay trasnacionales involucradas en la deforestación de la Sierra de Perijá”.
Cifuentes resalta que es importante que el ciudadano común que come la papa frita tenga conciencia de que se está comiendo un pedazo de bosque, de sierra, de diversidad biológica.
Para la autoridad Única de Ambiente en el estado, Lenin Cardozo, las consecuencias ya son evidentes, “con la deforestación estamos acabando con el único pulmón ambiental que tiene el occidente venezolano. Tenemos resultados como la disminución de agua en las cuencas y su contaminación”.
De la Malanga se hacen las papitas fritas, doritos, entre otros. En nuestro país la empresa Frito-Lay, internacional estadounidense subsidiaria del grupo Pepsico y McDonalds son algunos de los grupos económicos dedicados a la comercialización de papitas fritas, doritos, entre otros aperitivos.
Somos un Estado en transición hacia el ecosocialismo
La Ley Penal del Ambiente, en su capítulo II, sobre los Delitos contra la Ordenación del Territorio, indica que las personas que provoquen la degradación o alteración del paisaje en zonas montañosas o en sierras por actividades mineras, industriales o forestales, en contravención de los planes de ordenación del territorio, será sancionada con prisión de dos años o multa de mil a dos mil unidades tributarias.
El Ministerio del Poder Popular para el Ambiente designó una comisión especial que se encargará de evaluar, inspeccionar y efectuar las acciones necesarias para prohibir, restringir y prevenir de manera inmediata las causas de la tala indiscriminada, quema y deforestación de nuestro patrimonio forestal en la Sierra de Perijá, estado Zulia.
Lenin Cardozo, Autoridad Única de Ambiente en el estado, leyó la resolución que designó una comisión especial para “diseñar propuestas con la finalidad de mitigar y evitar el impacto negativo, con fundamento en las razones técnicas, jurídicas y sociales contenidas en el diagnóstico efectuado, y de conformidad con las actividades prohibidas, restringidas y permitidas por la Ley Orgánica del Ambiente, la Ley de Bosques y la Ley de Aguas”; entre otras normas.
La movilización de organizaciones ambientalistas y la acción del Gobierno Bolivariano no es en contra de la Malanga, es en contra de las consecuencias que trae sembrarlo de una manera industrial que no deja beneficios y sí perjuicios en la región. No es casual, aseguran las autoridades, que en el Zulia exista una sequía prolongada mayor que en el resto del país.
La región apenas conserva el seis por ciento de su masa forestal original. La deforestación, tala y quema de sus bosques han provocado desequilibrios ambientales de consecuencias incuantificables.
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